sábado, 31 de diciembre de 2011

2011


Termina un año que empezó con la alegría de haber terminado la carrera a finales del anterior… con la mirada puesta a un nuevo tiempo donde se había terminado el estudio… frente a un horizonte desconocido…

En febrero…marzo me embarque de lleno en la aventura de irme de casa para trabajar en un hotel… donde comencé a salir del cascarón, a saber lo que es vivir con gente diferente a mí, con costumbres distintas…donde conocí a gente espectacular y por la que hubiera luchado hasta el final, gente por la que hubiera puesto la mano en el fuego…personas en las que deposite mi inocente confianza…

Vivir fuera me hizo conocer a mucha gente, salir más, escuchar más, hablar menos, aprender…darme a conocer y me gustó ser quién fui, me fascinaba que allí donde fuera la gente supiera quién era y me saludara deseando intercambiar unas cuantas palabras conmigo….con sus más y sus menos…me gusto ser quién fui…

Marque la vida de niños…de padres…de adolescentes…de grandes personas…marque sus vidas con risas, conversaciones, amor, cariño…

Decidí alejarme de algunas cosas para mi vitales, pues sentía que debía cuidar mi corazón…Dios me lo chivo y es que… ¿qué padre no cuida de su hijo? Así que cuide de mí sin alejarme de él…porque Él siempre estuvo ahí…

Y así sin darme cuenta…llegó el verano…más colores, un aire diferente, un olor sin igual, nuevas sensaciones, nuevos deseos, playa, sol, amigos, pero creí que me faltaba algo y puede que así fuera…TIEMPO…

TIEMPO…y esta es una de las lecciones que he aprendido en este año 2011…siempre hay tiempo para la gente importante (aunque no me di cuenta hasta que ya no lo tuve) y es que otro de los acontecimientos que marco este mi año fue la despedida sin avisar de uno de mis Danis…mi Dani B… se fue sin avisar, sin saber, sin ser esperado para despedirse…no estuve cuando me necesito…lo quise y sé que siempre supo que lo quería le di todos los abrazos que quise darle…pero en esos últimos meses me faltaba tiempo…estaba demasiado ocupada y mis pequeños tiempos libres eran para descansar, ver a la familia o estar con gente que no cambiaría sus planes por estar conmigo o que los cambiaría en el último momento para irse con otra persona sin importar lo que yo podría o no sentir…
Hoy me arrepiento de no haber pasado más tiempo, de no haberme reído más contigo en estos últimos meses, pero aprendí de ti…a nunca rendirse, a siempre tener una sonrisa, a no encerrarte en tus males, a no dejar que las palabras o los resultados de análisis marcaran tu ritmo de vida…pues viviste a tope hasta el último momento…

Y el año tenía que seguir…y paso el verano casi sin ganas, sin verlo…y a medida que se iba terminando los malos rollos y las injusticias llegaron al trabajo y a personas por las que dije que pondría la mano en el fuego…y sí, me queme… Di la cara, tape errores, justifique a “Judas” que a la primera de cambio me señalaron, me acusaron injustamente y creyeron en mi culpabilidad aun cuando existían pruebas de que no eran ciertas las acusaciones…

Y aunque pude excusarme…justificarme….luchar…hundirlos…no lo hice, me fui, me quite del medio…quizás pensaron que era una forma de aceptar que era cierto todo lo que se había dicho, que esa rendición simplemente dejaba entrever lo culpable que era y me sentía…pero no…simplemente preferí guardar silencio y como creo en la justicia divina…sé que tarde o temprano el dedo acusador que atentó contra mí será juzgado de la misma manera que me juzgo, aquellos que no creyeron en mí no tendrán credibilidad, y todos los que quisieron hundirme tendrán que mirarme desde abajo cuando yo sea exaltada…porque si bien la justicia terrenal no existe…la divina sí.

Después entendí porque tuve que dejar ciertas cosas…y amigos que consideraba hermanos se apartaron de mi por diferencias estúpidas que todavía no entiendo…no comprendo que haya gente que un día comparten contigo alegrías, penas, llantos, risas, confidencias, bodas, muertes, que te acompañan a vivir tras pasar uno de los momentos más difíciles de vuestra historia como “familia” deciden alejarse, no saludarte, eliminarte de páginas sociales, borrarte completamente de sus vidas por diferencias sin trascendencia…porque todos somos diferentes, porque no todo el mundo piensa igual pero creía que la familia…familia era….creí mal…y no me equivoque en el concepto de familia sino en los familiares que pensaba que componían la mía (y no me refiero a familia física…sino a esas personas que la vida te pone ante ti y las adoptas como parte tuya).
Pero sé que todos tendremos que dar cuenta algún día de todo lo que hagamos o dejemos de hacer, sé que puse de mi parte todo lo posible, y que en mi no quedo…que seré juzgada por muchísimas cosas pero esa me la quito de encima…de este tema nadie podrá reclamarme nunca nada…y soy feliz por ello.

Y este año termina con reestructuración en mi vida…de gente, de esa “familia” que hoy me falta pero que ya no lloró…de esas personas importantes que me dieron la espalda…para dar un abrazo a todas las que se quedaron, a todos los que si confiaron en mí, a todos los que siempre creyeron en mis decisiones y me esperaron al final de la calle para continuar con nuestro camino.

Y recibo este nuevo año pensando que no tengo porque cambiar, porque me he enterado de cosas, secretos de hace años que dañaron mi alma y todo este cumulo de acontecimientos me podía haber hecho cerrarme y cambiar para ser como me han enseñado a ser…pero hay algo más grande que todo eso…y es mi identidad. Y seguiré confiando, seguiré tendiendo mi mano a quién la necesite pero con la autoridad para saber que quién me dañe recibirá tarde o temprano la justicia que se merece y no la mía…sino la del Todopoderoso que todo lo ve. 

Esperaré pacientemente a que todo acontezca y que a cada quién el tiempo ponga en su lugar, comienzo con ganas de comerme el mundo, de hacer todas las cosas que no me hubiera atrevido a hacer, porque esta vez quiero ser yo la que luche por mis sueños, puedan ser grandes o insignificantes son míos…y míos los convertiré en realidad.

Así que sin más…BIENVENIDO 2012…”El año de mi conquista”.



lunes, 4 de julio de 2011

Mirandote crecer...te convertiste en un....MAESTRO

Hace un tiempo, cuando te fuiste a Chipre, te hice un regalo con forma de letra (que es lo que mejor se hacer) y lo titulé..."Mirandote crecer, te convertiste en todo un hombre", y es que todo el camino junto a ti me sirvio para aprender una gran lección de VIDA; pues aparte de hombre (al menos para mi) te convertiste en maestro...maestro de superación, de fe, de fuerza, de esperanza, de integridad, de aguante...y sin perder nunca la identidad ni claridad de quién eres en Dios y hacía donde vas.

Hoy le pido a Dios la mitad de la claridad que tenías tú de quién eras y hacía donde ibas.

Varon perfecto (y de sonrisa perfecta :) ) a los ojos de Dios conseguiste terminar la carrera siendo todo un más que vencedor y yo hoy...aparte de que mi humanidad sufra tu pérdida...mi espirítu celebra el triunfo de tu llegada a la meta.

Te lo dije mil veces, y me quede con las ganas de decirtelo mil veces más...intento descansar en que lo sabías pero.....DANI TE QUIEROOOOO, COMO POCAS VECES HE QUERIDO.

Espero que entendais mi desaparición, he sufrido una gran pérdida y con ella las ganas de escribir. Pero no os preocupeis amigos míos, el capitán de baja volverá a navegar con vosotros. Besos.

martes, 7 de junio de 2011

Mirandote crecer...te convertiste en un hombre...

RECUERDO ESTA ENTRADA EN UN DÍA PARA MI TRISTE Y COMPLICADO...PORQUE MIRANDOLO CRECER Y LUCHAR CONTRA LA ENFERMEDAD SE ME HA IDO...HOY ES UN DÍA TRISTE, INCOMPRENSIBLE...UNA NOCHE DE INSOMNIO DONDE SU SONRISA ME PERSIGUE...PERO CREO EN LOS MILAGROS...O...TAL VEZ...NECESITO CREER EN ELLOS...

NUNCA DEJARAS DE SER GRANDE.

Conocí a este chico, cuando éramos niños y llegue a esta lejana tierra que me abrió sus brazos y me acepto, no como forastera sino como pate de esta tierra. Tiene unos años menos que yo, y no coincidíamos mucho en cuanto a vivencias, ya que cuando yo entraba en la adolescencia él todavía jugaba y se limpiaba los mocos con la manga (no te ofendas jeje), y cuando yo caminaba hacia la juventud, él sufría los primeros cambios de voz, hormonas revolucionadas y esas cosas que sufren todos los chiquillos. A pesar de la diferencia, siempre tuvimos un hilo de unión su hermano mayor era parte del grupo de mis amigos, sus padres muy queridos por mi y mi familia, él amigo de mi hermana mediana y la pequeña, por lo que una relación y cariño existía.
No recuerdo el momento exacto donde deje de ayudarte a alcanzar las cosas a las que no llegabas, cuando deje de limpiarte la boca después de que te ensuciarás en el cumple de mi hermana, ni siquiera el momento donde la voz empezó a cambiarte; pero cuando menos lo esperaba y sin previo aviso, te transformaste en todo un hombre que me llamaba para ir al cine, salir a algún pub a tomar algo o a jugar un simple billar, te convertiste en parte de mi historia y de mi, en una parte activa.

         
           
No sé cómo ni en que momento, tu nombre empezó a sonar en todos mis planes de fin de semana, en todos los cines, en todas las quedadas, en cada excursión, en cada escapada, convirtiéndote de este modo no en el hermano de un amigo, sino en uno de esos amigos con los que siempre cuentas. Y es verdad que soy una descuidada y tengo mis momentos de huida total, que no doy señales de vida, pero cuando volvía siempre tocaba nuevamente a tu puerta.

Un día este amigo tuvo una noticia inesperada, y un intruso se coló en nuestras vidas rompiendo la paz y la armonía, llego vestido de enfermedad para asustarnos,  aterrorizarnos, con el único y claro intento de destrozarnos. Y fue en ese momento donde de amigo pasaste a ser maestro; y me diste una lección de vida, de superación y de fe. Mientras yo intentaba digerir la noticia, tú parecías consolar al resto del mundo y explicarles que esto no era nada, que simplemente era una prueba y que sabías que estabas sano, porque Dios te lo había prometido, y Él no es hombre para que mienta.

¿Te derrumbaste en algún momento? Seguro, ante todo eres un ser humano, con debilidades y momentos donde te desesperas, no entiendes y peleas con el mundo… ¿te derrumbaste? Seguro, pero nunca se lo has dejado ver a mis ojos, nunca te he visto bajando la guardia, nunca te he visto derramar una lágrima, siempre has sido demasiado fuerte y eso hacía que yo me levantase para aprender de ti.
Llevamos años luchando con ese intruso que apareció en nuestras vidas, es un poco “idiota” que me incluya, porque nadie sólo tú realmente es el que estas viviendo lo que estás viviendo, pero créeme que los que estamos a tu alrededor, los que te acompañamos en este tiempo estamos haciendo fuerza junto a ti. Y hoy quiero pedirte perdón, quizás por todas las veces que necesitaste un hombro y no pudiste contar con el mío porque no supe estar ahí. Te pido perdón por no ser tal vez esa confidente, por no saber preguntarte y darte la confianza para que me dijeras que ese día te sentías mal,  por no saber arrancarte una sonrisa, o quedarme simplemente en silencio a tu lado cuando necesitabas sentirte acompañado sin palabras, preguntas o conversaciones agobiantes. Porque sabes que soy como soy, algo huidiza, cambiante, estoy y no estoy, pero eso solo en lo físico; sabes y sino te lo digo que hay un lazo muy fuerte que me une a ti y me unirá de por vida, es el gran cariño y amor de hermana que siento por ti y la admiración que te tengo, por ser fuerte cuando nadie lo era.
Ahora empiezas un viaje, un nuevo nivel en la lucha de ese adversario, sé que será una buena etapa, confío en que estamos comenzando a ver el final de esta batalla ganada, y te esperaré con los brazos abiertos cuando vuelvas, para tomarnos una cervecita y jugar un billar mientras…tú…mi maestro…me das una nueva clase magistral.
TE QUIERO  D.B.M.

jueves, 12 de mayo de 2011

Buscando a… ¿Nemo?

Cuanto tiempo amigos, disculpar mi ausencia, a veces los cambios traen estas cosas: falta de tiempo, falta de ganas, cabeza muy ocupada; pero ¿qué podemos hacer? Pues buscar a… las ganas cuando desmayan, las fuerzas cuando flaquean, las risas cuando faltan, amar con todo el corazón a pesar de sentir que ya te lo han arrancado.
Porque echo de menos…
sentirme guapa…coqueta…
                 
la energía para explorar nuevos caminos…
tener amigos…
bailar la misma sintonía…
jugar al escondite en la oscuridad…
caminar de la mano…
   
tener un amante…un amigo…
verles cada mañana…
sentirme acompañada…
  
tenderte la mano sabiendo que cuentas conmigo…
susurrarte al oído…
cantar unidos…
hacer fotos tontas y reírnos…
 
lucir nuestros morenos en algún paseíto…
tener una familia del montón…
notar que me abrazas…
creerme querida…
besar los besos…
ser complemento de tu vida…
 
concebirme completa… payasa…graciosa…loca…atrevida…guerrera…

sentirme importante… con fuerza…
una parte más de tus cosas, insuperable de alguna forma…
única en mis distintas facetas…
cantar hasta no poder más…
GRANDEMENTE PEQUEÑA…PEQUEÑAMENTE GRANDE…
Porque todas estas cosas las necesito y ahora parezco no tenerlas. Pero sé lo que te estás preguntando…¿y por qué esta entrada se llama “Buscando a Nemo”? Es una tontería pero pensando en que ese pequeño papa pez payaso, sabía quién se le había perdido y a quién quería encontrar, no importaba hasta donde tuviera que ir, eso no lo detendría y de hecho no lo detuvo jamás.
  
Este papa pez se parece a mi, al parecer lo hemos perdido todo pero se equivocan con la perdida viene la llegada de una fuerza sobrenatural que te impulsa a continuar, no sabes de donde sale, como puedes continuar, pero sales a flote y…”sigues nadando, sigues nadando”.
   
Y es que prometí y sé que este barco conduce hacia un lugar mejor, todas estas tormentas sirven para hacernos más fuertes, y yo como vuestra capitana en esta aventura en la que habéis decidido acompañarme no os abandonaré, ni os dejaré ahogar.
                   
Seguiremos nuestro camino y encontraremos tierra firme.
                  
Un beso enorme a todos.









miércoles, 30 de marzo de 2011

El por qué de mis perdones

Y es que todos los perdones que pedí, lo hice por la simple razón de presentar una disculpa si a alguien no le agrado o le disgusto mis actos, mis sentimientos, mis formas…pero realmente mis disculpas son, porque a pesar de todo yo…NO ME ARREPIENTO DE NADA.

No me arrepiento de haberme escondido y no haberme entregado porque el día que lo haga sabrás que eres importante y alguien único en mi vida.

              

No me arrepiento de estar encima de ti y no dejarte hacer tus cosas, porque mi sueño sería ser el aroma de tu piel que siempre te acompaña y nunca te abandona.

             

No me arrepiento de intentar ocultar mis imperfecciones y de corregir mis acciones para impresionarte.

              

No me arrepiento de seguir siendo una soñadora y creer que los finales felices aun existen.

            

No me arrepiento de buscar un destello de luz en cada oscuridad.
No me arrepiento de seguir creyendo que hay historias de amores reales, de esas que duran toda la vida, de esas que se dan la mano sintiéndose uno del otro, de creer que hay personas que simplemente con la mirada son capaces de decírselo todo.

No me arrepiento de no acertar con tus cosas, pues significa que sigo empeñada en algún día conseguirlo.
               
No me arrepiento de que se me cambie la cara cada vez que te veo, a pesar del tiempo; y tampoco de no saber disimularlo.
          
No me arrepiento de haber sido siempre tan pesada queriendo dejar una pincelada de mi ser en tu acuarela, y menos ahora que sé que siempre te ha encantado eso de mí.

             
No me arrepiento de sentirme llena a tu lado, porque todo el mundo me ve más guapa cuando eso me pasa.
                                   
                 

No me arrepiento de ser la horma perfecta para tu zapato, aunque a veces me dejes sin calzado al desaparecer.
   

No me arrepiento de calentarme con tus pies, me pasaría dos noches al año en Groenlandia haciéndolo.
No me arrepiento de hacer planes contigo en cada estación, pues he aprendido de esta manera a no tener estación favorita y odiada, ahora todas y cada una de ellas tienen su lado bonito.
No me arrepiento de envidiar a quién te hace reír por teléfono porque me desafía a intentar ser cada día más graciosa para ti.
                              
                     
No me arrepiento de haberte dejado escapar a veces, porque hoy pienso que quizás hoy no nos llevaríamos tan bien.

           
No me arrepiento de soñar con crear mi vida contigo.

                
No me arrepiento de las veces que tus brazos me han dejado sin aliento.
                         
No me arrepiento de que te llamen ni te paren por la calle, porque ahora pasa al contrario y me hace gracia que experimentes lo mismo que yo he sentido antes.
No me arrepiento de no cansarme de ti.
No me arrepiento de no haber sabido contestar tus piropos, pues ahora que voy aprendiendo creo que te iré sorprendiendo.
No me arrepiento de esas cosas que te molestan de mi, pues ellas hacen que yo sea quién soy y al fin y al cabo tu estás cerca de mi por quién soy.
                                                
Como tampoco me arrepiento de mi patosidad y el no fijarme en algunos detalles, vale que algunas cosas tendré que ir aprendiendo…pero otras me hacen el ser entrañable que soy, y estoy segura de que a alguien algún día se fijará en esa chica que siempre tira el vaso, que mete la manga en la sopa, que se ensucia de aceite el vestido o que mete la bota en un charco; se fijará en ella, se reirá y querrá caminar cerca para ayudarla a no tropezar.

No me arrepiento de mis cambios de look, pues no sigo modas sino mi voz interior y si hoy me siento Rihanna ¿qué?
           
                         
                                            
                                                            
                                                                  
                                                 
              
No me arrepiento de hablar y que me conozca todo el mundo, me encantan que me saluden por la calle y no acordarme de quién es.
                                     

No me arrepiento de tener secretos en mi vida, pues hay armas contra mi persona que no puedo entregarte, ni a ti ni a nadie.
No me arrepiento de ser presumida, no me creo guapa pero hay días que siento serlo y son esos días donde quiero explotar esa “mágica y rara belleza” que se deposita en mí.
         
                           
No me arrepiento de mis silencios, ya sabes que soy una persona que disfruta de vez en cuando de ellos.
No me arrepiento de tener dudas de ti, pues sin que te lo tomes a mal jamás confiaré como he confiado antes, debo cuidar mi corazón, debo protegerme solo yo.
No me arrepiento de no saber muchas veces tus cosas, tus gustos, he comprendido que no soy Dios y sino me dices las cosas…, las suposiciones nunca me han ayudado a bien.
No me arrepiento de haber intentado compartir mi vida con quién no quería por creer que me amaba, pues aprendí la lección y veo con sorpresa hacia donde mi vida se encaminaba.
No me arrepiento de haber querido que fueras el héroe de mi cuento, porque pude darme cuenta de que a pesar de las heridas, podía volver a confiar aunque de mi se volvieran a burlar.
No me arrepiento de haber pensado que si me querían bastaría para compartir con él toda mi vida, pues pude darme cuenta de lo equivocada que viviría.
No me arrepiento de la rapidez con la que te deje entrar en mi vida, aprendí que eso nunca jamás a hacerlo volvería.
No me arrepiento de que creyeras que podríamos pasar a otro nivel, pues conocí a una persona genial que quiero tener cerca siempre con una sincera y bella amistad.
No me arrepiento de mis locuras, son cosas que para mi siempre quedaran.
                
                                                  
                                                        
                                          
                         
       
No me arrepiento de las cicatrices de mi alma, pues ellas me han hecho fuerte para afrontar lo que me quedaba.
No me arrepiento por la bella sonrisa que me conquisto este pasado verano, pues disfrute de ti y de ella y eso conmigo lo guardo.
                                           
No me arrepiento de mi color, de mi estatura, de mi cuerpo, de mis pelos que tantos quebraderos de cabeza en alguna ocasión me han dado…pues al final y al cabo a los (“poquillos”) que han caído en mi, con todos ellos los he conquistado.
Porque no me arrepiento de quién soy voy mostrandome poco a poco a mis fieles amigos.

No me arrepiento de soñar contigo, porque cuando me levanto pareciera que he rejuvenecido.
Y todos esos perdones eran por eso, porque te puede o no haber molestado, te puedo o no haber gustado, puedes o no haber sufrido conmigo un desengaño o un abuso de amor desmesurado; pero lo dicho…yo de nada de eso…me he olvidado.
Si volviese a nacer, sin dudarlo, no me arrepentiría de volver a caminar mis pasos.
(Próximamente…”El por qué de mi ausencia” (trabajo, nuevas oportunidades, médicos, etc.)
Un beso a todos.