martes, 7 de junio de 2011

Mirandote crecer...te convertiste en un hombre...

RECUERDO ESTA ENTRADA EN UN DÍA PARA MI TRISTE Y COMPLICADO...PORQUE MIRANDOLO CRECER Y LUCHAR CONTRA LA ENFERMEDAD SE ME HA IDO...HOY ES UN DÍA TRISTE, INCOMPRENSIBLE...UNA NOCHE DE INSOMNIO DONDE SU SONRISA ME PERSIGUE...PERO CREO EN LOS MILAGROS...O...TAL VEZ...NECESITO CREER EN ELLOS...

NUNCA DEJARAS DE SER GRANDE.

Conocí a este chico, cuando éramos niños y llegue a esta lejana tierra que me abrió sus brazos y me acepto, no como forastera sino como pate de esta tierra. Tiene unos años menos que yo, y no coincidíamos mucho en cuanto a vivencias, ya que cuando yo entraba en la adolescencia él todavía jugaba y se limpiaba los mocos con la manga (no te ofendas jeje), y cuando yo caminaba hacia la juventud, él sufría los primeros cambios de voz, hormonas revolucionadas y esas cosas que sufren todos los chiquillos. A pesar de la diferencia, siempre tuvimos un hilo de unión su hermano mayor era parte del grupo de mis amigos, sus padres muy queridos por mi y mi familia, él amigo de mi hermana mediana y la pequeña, por lo que una relación y cariño existía.
No recuerdo el momento exacto donde deje de ayudarte a alcanzar las cosas a las que no llegabas, cuando deje de limpiarte la boca después de que te ensuciarás en el cumple de mi hermana, ni siquiera el momento donde la voz empezó a cambiarte; pero cuando menos lo esperaba y sin previo aviso, te transformaste en todo un hombre que me llamaba para ir al cine, salir a algún pub a tomar algo o a jugar un simple billar, te convertiste en parte de mi historia y de mi, en una parte activa.

         
           
No sé cómo ni en que momento, tu nombre empezó a sonar en todos mis planes de fin de semana, en todos los cines, en todas las quedadas, en cada excursión, en cada escapada, convirtiéndote de este modo no en el hermano de un amigo, sino en uno de esos amigos con los que siempre cuentas. Y es verdad que soy una descuidada y tengo mis momentos de huida total, que no doy señales de vida, pero cuando volvía siempre tocaba nuevamente a tu puerta.

Un día este amigo tuvo una noticia inesperada, y un intruso se coló en nuestras vidas rompiendo la paz y la armonía, llego vestido de enfermedad para asustarnos,  aterrorizarnos, con el único y claro intento de destrozarnos. Y fue en ese momento donde de amigo pasaste a ser maestro; y me diste una lección de vida, de superación y de fe. Mientras yo intentaba digerir la noticia, tú parecías consolar al resto del mundo y explicarles que esto no era nada, que simplemente era una prueba y que sabías que estabas sano, porque Dios te lo había prometido, y Él no es hombre para que mienta.

¿Te derrumbaste en algún momento? Seguro, ante todo eres un ser humano, con debilidades y momentos donde te desesperas, no entiendes y peleas con el mundo… ¿te derrumbaste? Seguro, pero nunca se lo has dejado ver a mis ojos, nunca te he visto bajando la guardia, nunca te he visto derramar una lágrima, siempre has sido demasiado fuerte y eso hacía que yo me levantase para aprender de ti.
Llevamos años luchando con ese intruso que apareció en nuestras vidas, es un poco “idiota” que me incluya, porque nadie sólo tú realmente es el que estas viviendo lo que estás viviendo, pero créeme que los que estamos a tu alrededor, los que te acompañamos en este tiempo estamos haciendo fuerza junto a ti. Y hoy quiero pedirte perdón, quizás por todas las veces que necesitaste un hombro y no pudiste contar con el mío porque no supe estar ahí. Te pido perdón por no ser tal vez esa confidente, por no saber preguntarte y darte la confianza para que me dijeras que ese día te sentías mal,  por no saber arrancarte una sonrisa, o quedarme simplemente en silencio a tu lado cuando necesitabas sentirte acompañado sin palabras, preguntas o conversaciones agobiantes. Porque sabes que soy como soy, algo huidiza, cambiante, estoy y no estoy, pero eso solo en lo físico; sabes y sino te lo digo que hay un lazo muy fuerte que me une a ti y me unirá de por vida, es el gran cariño y amor de hermana que siento por ti y la admiración que te tengo, por ser fuerte cuando nadie lo era.
Ahora empiezas un viaje, un nuevo nivel en la lucha de ese adversario, sé que será una buena etapa, confío en que estamos comenzando a ver el final de esta batalla ganada, y te esperaré con los brazos abiertos cuando vuelvas, para tomarnos una cervecita y jugar un billar mientras…tú…mi maestro…me das una nueva clase magistral.
TE QUIERO  D.B.M.

5 comentarios:

  1. Gracias por este testimonio de amistad. Por expresar tan claramente estos momentos duros y compartilos, que desde tu maestro te conviertes en maestra para todos nosotros.
    Pido a Dios por tu amigo, le mando mi ángel para ese viaje y espero contigo ese momento que vuelva. Que nos cuentes esa cervecita y esa partida de villar.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Hola querida amiga, que batalla mas dura para tu amigo y para ti también porque imagino lo que debes sufrir.
    No hay que dejar de luchar y confiar, mañana va a brillar el sol...
    Un beso Xaquelina, espero que estés bien.

    ResponderEliminar
  3. Xaquelina, ánimo y esperanza para ese milagro.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Es lindo leer nuevamente este post tan emotivo.

    Saludos amiga

    ResponderEliminar
  5. Xaquelina, te he dejado un premio en mi blog, cuando puedas pasas a recogerlo.

    ResponderEliminar